La mamografía es la detección precoz más fiable, permite detectar las lesiones incluso dos años antes de que se pueda palpar, esta es sin duda su mayor ventaja.
Como mujeres, estamos super concienciadas de la importancia de este tipo de prueba médica, pero lo que aún me sorprende o más bien me preocupa, es que en pleno siglo XXI hablo con chicas jóvenes y hasta mujeres casadas que nunca han ido al ginecólogo.
Las revisiones periódicas y las mamografías no evitan la enfermedad, pero sí nos puede salvar la vida gracias a que la enfermedad se puede detectar lo más temprano posible.
Según datos médicos, cada año se diagnostican en nuestro país más de 16.000 casos de cáncer de mama , hablamos de una media de 44 diagnósticos al día.
La mamografía tiene una sensibilidad del 90 por ciento por lo que es capaz de descubrir más del 90% de los tumores de mama.
Aunque es según los médicos, una prueba imprescindible, también tiene sus inconvenientes.
Algo que suele preocupar mucho es la exposición a la radiación, pero es muy pequeña, tanto que dicen que es inferior a un radiografía de tórax.
La radiación no supone ningún riesgo para la mujer.
Sobre cuando comenzar a realizarla hay mucha controversia, en Europa la edad media está en los 50, sin embargo la Sociedad Americana del Cáncer recomienda adelantar la edad a los 40, pero cuando hay riesgo se debe comenzar antes.
El problema de la mamografía es que puede dar un falso positivo, lo que obliga a repetirla o a realizar una biopsia.
Durante el tiempo que transcurre entre una y otra prueba y salen los resultados, la duda puede generar un gran nivel de ansiedad en la mujer.
Otro de los inconvenientes de la mamografía es que puede resultar bastante molesta o dolorosa.
Pero la ventaja que conlleva es muchísimo más grande, nos puede salvar la vida, así que solo me queda desearos mucha suerte a todas y no tener que vivir ningún falso positivo.
Y animaros a acudir periódicamente al ginecólogo, una visita que solo dura un ratito y nos puede salvar la vida.
