Hoy he leído un artículo que ha captado mi atención, tanto ha sido así que lo he leído varias veces, me ha resultado muy interesante y me ha despejado algunas dudas.
Yo siempre he creído firmemente en el vínculo tan grande que existe en nuestro comportamiento cuando somos adultos y la educación, las carencias o los traumas que vivimos de pequeños.
Según afirman hay heridas que persisten con los años, heridas que nunca cicatrizan y que forman parte de nuestro comportamiento cuando somos mayores, ellas son las que determinan nuestra calidad de vida.
Hoy he comprendido mucho más eso de “más vale prevenir que lamentar”, y después de leer esto estoy segura de que muchas personas, se lo pensarán dos veces antes de decirle a su hijo 40 veces al día lo malo que es.
– La soledad, es el peor sentimiento, de las peores cosas que puede vivir un niño en su infancia. Dicen que solo quien la ha padecido puede entender hasta donde se puede llegar a sentir miedo.
Seguro que habéis escuchado muchas veces eso de “te dejo antes de que tu me dejes a mí” o “si te vas no vuelvas” y es que quien a sentido abandono y soledad, siempre está en alerta y prefiere dejar a ser dejada por miedo al abandono.
– Destruir la autoestima infantil, es algo a lo que muchos niños se pueden ver sometidos. Cuando se le dice a un niño que es muy torpe o que es muy malo, el niño entiende que los demás no lo aprueban. Todo esto se complica más, cuando se le dice al niño públicamente.
Muchos niños aprenden a ponerse un escudo protector y se vuelven unos egoístas, capaces de ofender a los demás para protegerse ellos mismos.
– La herida que más me ha echo pensar y que más pena me ha dado al leerla, es el miedo al rechazo, solo imaginarme a un crío sintiéndose así…no sé ni que decir.
Las personas que crecen con esta herida no se consideran merecedoras de amor, ni de un poco de afecto, se alejan de los demás por miedo a ser rechazados y se cierran en su soledad. Si te ha tocado vivir esto en tu infancia, seguramente ahora seas una persona muy huidiza.
– Cuando los niños pasan su infancia en un entorno frío o los padres son muy autoritarios, los niños generan un sentimiento de inutilidad que les persigue hasta que son adultos.
Las personas que lo han padecido suelen ser muy perfeccionistas, amantes del orden y rígidas, son personas muy inseguras a las que les cuesta mucho tomar decisiones.
¿QUE SE DEBE TRABAJAR PARA SOLUCIONAR ESTAS HERIDAS?
– Se debe trabajar el miedo, y superar lo temores pasando la barrera, acercándote a los demás. Dicen que para superar los miedos debes ponerte de frente a ellos.
Salta las barreras por encima y nos las conviertas en excusas.
– Hablarse interiormente de forma positiva.
– Hay que aprender y arriesgarse a tomar decisiones por una misma, por muy complicadas que resulten.
– Te debes permitir confiar en los demás sin miedo de ser traicionada ni engañada. Recuerda que “quien nada arriesga, nada gana”.
Confiar en los demás, en nosotros mismos y en la vida, nos abrirá oportunidades imprevistas.
– Y debemos aprender a estar solos.
¿Qué os ha parecido?
